Historia
La evolución Histórica del Hospital San Juan de Dios e Instituto Materno
Infantil como entidad de carácter asistencial para la salud del pueblo
colombiano se puede dividir en cinco etapas, correspondientes al proceso
cíclico, histórico y cultural del país y el progreso de la ciencia médica.
Primera Etapa "La Crisálida"
(1564-1723)
Esta etapa, considerada la etapa fetal o de crisálida como la llamó el
profesor López de Mesa, se inició en 1564 con la organización de la Colonia
Española en Santa Fé y consistió en el establecimiento de una casa con unas
camas destinadas para atender a los españoles, esclavos libertos e indígenas
que padecían alguna enfermedad por circunstancias climáticas o bacterias
importadas, esta fecha se remonta a 1564, la donación fue hecha por Fray Juan de los Barrios y Toledo.
Inicialmente tomó el nombre de Hospital de San Pedro, la atención
que si se puede llamar, médica, la practicaban los monjes quienes por intuición
por poseer alguna cultura general de mística religiosa, eran las únicas
personas con ciertas condiciones para proporcionar algún alivio a los enfermos.
El hospital nació de la necesidad de protección de salud para los
conquistadores y sus familiares y sobre todo por el terror que inspiraban las
epidemias, el primer hospital fue un verdadero convento-hospital de carácter
privado. Económicamente surgió el hospital tal vez por la sensibilidad social
de los religiosos y de algunas personas poderosas económicamente y con una
mínima ayuda del Virreinato, quienes le prodigaron donaciones, regalos y
limosnas para su establecimiento y posteriormente para su sostenimiento.
Durante la época de la monarquía, en todas las colonias, cualquier
actividad o institución debía tener la autorización de la Real Audiencia y del
Virrey, por tanto el establecimiento del hospital obtuvo el permiso del
Gobierno Español, sin participar en la iniciativa, sostenimiento o control.
Constituyó el núcleo para el desarrollo de la medicina colombiana y con
el tiempo logró la vinculación de algunos extranjeros establecidos en Santa Fé
para el servicio del Virrey o como protomédicos, quienes poco a poco le
inculcaron cierta orientación médica.
Segunda Etapa "La revolución
Científica"(1723- 1899)
El establecimiento del Sabio José Celestino Mutis en la
Nueva Granada, como en un inmenso laboratorio con enormes recursos naturales y
humanos, despertó en él la obsesión de investigación y conocimiento científico.
Él junto a muchos otros apasionados por la investigación desarrollarían en
grandiosos estudios sobre la naturaleza y sin pensarlo proporcionarían las
luces que encenderían la llama de la independencia y la libertad. Mutis
representa uno de los pilares más grandes de investigación, seguido por su
estudiante. el religioso Miguel de la Isla, la pasión por la ciencia y el
servicio por la comunidad. siendo De la Isla quien imprimiera el carácter
científico y de entidad hospitalaria, instalando en el hospital la organización
propicia para el desarrollo de la medicina asistencial.
En 1739, el hospital fue trasladado de su ubicación inicial (parte
posterior de la catedral primada) a un lugar más amplio, su construcción
obedeció a la necesidad de crear un centro hospitalario en la naciente Ciudad
de Santa Fé siendo el Hospital San Pedro la única institución de esta índole, que
según documentos de la época, contaba con 12 camas y cuya infraestructura no
tenía posibilidades ni siquiera de prestar un mediano servicio. La situación de
insalubridad que presentaba el de San Pedro, era tan alta que amenazaba la
salud de toda la ciudad de Santa Fé, hoy Bogotá, por este motivo se
construyó el hospital Jesús, José y María, gracias a una cédula real expedida
el 15 de mayo de 1723 por el Rey Felipe V se construyó en las afueras de
la ciudad, en lo que hoy es las calles 11 y 12 con carreras Novena y Décima,
donde en la actualidad se encuentra la iglesia de San Juan de Dios. Siendo
posible la construcción del nuevo hospital, gracias al producto de las ventas
de los antiguos terrenos de la catedral y los aportes de la corona.
El nuevo Hospital de Jesús María y José inició con sesenta
camas llegando a un número de doscientas en poco tiempo. Su financiación
dependía principalmente de tres fuentes, por una parte, el presupuesto asignado
por la Corona Española, que llegó a ser hasta el doble del entregado a la Real
audiencia, por otra parte recibía donaciones por parte de personas adineradas
de la ciudad y por último, de recursos propios consistentes en tierras
productivas y locales comerciales.
Desde los primeros años su administración esta institución quedó a cargo
de la orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
En el Curso de la Independencia de Colombia , el Hospital aunque en
condiciones de penuria económica y aún bajo la cruel dictadura de Sámano,
atendió a los numerosos enfermos y heridos y sirvió de cárcel para los médicos
patriotas, en el Convento Hospital Santa Inés, los médicos tuvieron la oportunidad
de ofrecerle a nuestros soldados el alivio a la salud corporal y el estímulo a
la salud espiritual para continuar por la lucha de independencia.
En la Iniciación de la República, el presidente Francisco de Paula
Santander , justamente llamado, "el
genio del Orden", le imprimió una nueva dirección al suspender todos los
conventos-hospital, reglamentando las funciones de los Síndicos y Mayordomos
bajo las órdenes del gobernador de la provincia. Desde entonces el hospital
quedó como una institución de beneficencia, propiedad del Estado (1828) y en
1835 la cámara de Bogotá dictó las directrices, decretos y juntas directivas
del Hospital, con el fin de darle una orientación asistencial y docente por
medio de la Escuela de Medicina. Expulsando así a la orden Hospitalaria aunque
es válido resaltar que su legado permanece vigente, pues aunque el nombre del
Hospital hacía alusión a la Sagrada Familia, en el acervo popular al ser los
monjes de San Juan de Dios los que atendían, el hospital recibió este nombre
que es el que lo identifica.
En 1869 el Estado Soberano de Cundinamarca ordenó la Junta General de
Beneficencia hoy Beneficencia de Cundinamarca, quedando el hospital bajo su
dirección mas no bajo su propiedad, en esta época de luchas internas el
Hospital situado en el convento de Santa Inés, logró algunos avances en su
organización, no obstante tuvo que vencer grandes dificultades económicas y
locativas para atender el gran número de heridos durante las guerras y también
a los enfermos por las frecuentes epidemias.
Correspondió a la etapa de infancia y adolescencia de la medicina en
Colombia, que en medio de las vicisitudes y cambios en el poder logró mantenerse
a salvo y seguir prestando las atenciones para las que había sido creado.
Generaciones de médicos nacionales ilustres, de 1870 y el Centenario,
descollarán con indiscutible éxito al orientar los diagnósticos clínicos para
ejercer la medicina familiar y acoplar la ciencia contemporánea europea, con
los estudios médicos y de ciencias naturales colombianos.
Tercera Etapa "De Santa Inés a la Hortúa"
(1900-1925
Esta etapa transcurrió en el primer cuarto del siglo XX, el Hospital
recibió este siglo atendiendo innumerable cantidad de pacientes producto de la
Guerra de los Mil Días y otros conflictos internos que dejó el Siglo XIX,
su avanzar se dio gracias a la influencia de la generación de los graduados de
Francia, quienes iniciaron las grandes especialidades y surgieron las primeras
instituciones médicas y paramédicas.
Las transformaciones del hospital iban aparejadas con los
cambios que sufría el país en general, en el Convento-Hospital se practicaron
algunas de las más importantes intervenciones, por primera vez en el país, como
la Mastectomía, Cesárea, parotidectomía, resección de maxilares trepanación,
esplenectomía, gastrectomía, etc.
El Molino de la Hortúa
El Presidente General Rafael Reyes Prieto, planeó en este sitio,
(ubicado en lo que hoy es la Calle Primera con Carrera Décima o Avenida
Fernando Mazuera), la construcción de un centro hospitalario a donde se
trasladaría el Hospital San Juan de Dios, localizado entonces en la calle 12
entre carreras Novena y Décima y también los asilos de locos e indigentes de
ambos sexos. En cumplimiento de esta idea la Nación Compró el 31 de agosto de
1905 a José Domingo Ospina y Gonzalo Arboleda, la finca denominada Molino Tres
Esquinas o de la Hortúa, con una extensión cercana a 25 fanegadas en la suma de
$90.000 (oro americano), por medio de una escritura firmada en la Notaría 2 de
Bogotá.
Por medio de la Ley 63 de 1911 la nación cedió a perpetuidad al
departamento de Cundinamarca con destino a la construcción de manicomios y
asilos de indigentes el terreno llamado Molino de la Hortúa, transfiriendolo a
la Gobernación y la junta General de Beneficencia (hoy Beneficencia de
Cundinamarca). El congreso de Colombia el 31 de octubre de 1919 "Autorizó
al departamento para variar el destino del predio llamado "Molino de la
Hortua", para dedicarlo a la construcción de un hospital con la condición
de que fuese anexidad y complemento del existente Hospital San Juan de Dios y
que el terreno que debe ser pagado por el hospital se aplique
a la adquisición de un terreno adecuado para construcción de manicomios".
La asamblea de Cundinamarca dictó la ordenanza 48 de 1919, que autorizó a la
Junta de Beneficencia para vender los inmuebles del hospital de San Juan de
Dios e invertir su producto en la construcción de edificios en el predio de la
Hortúa y el la Ordenanza 13 de 1922 se precisaron las fincas que deberían
venderse.
Finalmente la Asamblea de Cundinamarca por medio de la ordenanza 85 de
1920 destinó el mencionado terreno para la construcción de nuevo edificio del
Hospital San Juan de Dios, para continuar con carácter de Establecimiento
oficial de beneficencia o asistencia pública, administrado según las ordenanzas
de la Asamblea de Cundinamarca.También autorizó al Hospicio de Bogotá,
para dar en venta o permuta al Hospital San Juan de Dios, las construcciones
inconclusas que el primero de dichos establecimientos había levantado en la
parte oriental del predio de la Hortúa. La ley 48 de 1923 aclaró la 47 de 1919,
que dispusó que los Asilos de locos, de locas, de indigentes mujeres o mendigos
Varones (colonia de mendigos), transfirieran al citado Hospital los derechos
que les correspondían de conformidad con la escritura de 1917. Esta ley dio pie
para que la Junta de Beneficencia de Cundinamarca confirmara la destinación del
terreno para los nuevos edificios del San Juan de Dios.
El pabellón San Lucas, que era el
pabellón de personas quemadas e infectadas contaba con su propia sala de
cirugía.
Según la escritura 463 del 10 de marzo de 1924, firmada en la Notaría
segunda, el precio de la compra del lote de la Hortúa fue de $23.898.31 pagado
mediante permuta de fincas raíces propiedad del Hospital al Asilo de Locos y
Locas, en la cláusula séptima dice "Que el Hospital que se ha
construido y ha de construirse se denominara en lo sucesivo de la Hortúa, será
una anexidad y complemento del al cual Hospital del San Juan de Dios y hará
parte integrante de la misma persona jurídica. En consecuencia el Hospital
de San Juan de Dios de Bogotá en sus edificios de la Hortúa continuará con el
carácter de establecimiento oficial DE BENEFICENCIA o ASISTENCIA PÚBLICA"
además "Todos los auxilios, donaciones, herencias o legados que se
asignen en lo sucesivo al Hospital de la Hortúa se establecerán hechos al
Hospital de San Juan de
Dios de Bogotá en sus edificios de la Hortúa, pues estas harán parte
integrante de la misma persona jurídica".
Después de haber prestado sus eficientes servicios de salud durante 203
años, el 07 de febrero de 1925, se trasladó a la Hortúa en el pabellón
oriental, donde en la actualidad funciona el Instituto Materno Infantil; allí
empezó a funcionar con los servicios de Ginecología (58 camas), que se había
fundado en 1887; clínica tropical, urología, clínica dermatológica la cual
había iniciado en 1910 y se amplío en un pabellón completo, para atender a enfermos
de ambos sexos y los de sífilis cutánea servicios de órganos de los sentidos.
etc.
La medicina ya adulta, dio a luz los primeros hijos; La Clínica de
Marly, el Hospital de la Misericordia, el Hospital San José, Hospital Santa
Clara, Instituto Nacional de Radium (hoy Instituto Nacional de Cancerología).
etc.
Cuarta Etapa "El Apogeo"
(1926-1979)
Esta etapa inicia con el establecimiento del Hospital en los predios de
la Hortúa en 1925-26, bajo la dirección de la Junta de Beneficencia y la
orientación científica de la Universidad
Nacional de Colombia. En la Carrera Novena no se disponía de los recursos, ni
de la infraestructura propiamente hospitalaria y el avance científico muy
lento, casi estancado por las luchas internas y la conformación de la
nacionalidad, la atención médica era muy deficiente en los aspectos científico,
higiénico y económico.
Hacia 1926 el país disfrutaba de un ambiente de paz y progreso
económico, lo cual permitió que muchos de nuestros médicos viajaran a Europa en
importaran nuevas ideas tanto médicas como arquitectónicas, cuando Colombia comienza
su carrera hacia la industrialización, en 1926 se realiza la primera
cirugía del país en las nuevas instalaciones de hospital situadas en la antigua
hacienda de la Hortúa, en lo que hoy se conoce como Carrera Décima y avenida Caracas y
calle Primera de Bogotá.
Hospital San Juan de Dios 1930
El hospital contaba con su propia
facultad de medicina.
A partir de ese momento, el Hospital San Juan de Dios toma una dinámica
particular que lo hace convertirse en uno de los centros de investigación y
formación médica más importante de Colombia. Hasta mediados del siglo
XX era prácticamente el único Hospital Universitario de la ciudad de Bogotá,
en asocio con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. Desde 1979 y
hasta 1999 fue administrado por la Entidad de caracter privado "Fundación
San Juan de Dios" en asociación con la Facultad de Medicina de la
Universidad Nacional.
Rehabilitación Hospital San Juan de Dios
1995
La enseñanza de la enfermería estaba a
cargo inicialmente de las religiosas o Hermanas de la Presentación hasta 1971.
Se puede decir que ocasionalmente los recursos del hospital fueron
deficientes y con cierta frecuencia ha sufrido crisis económicas alarmantes,
que lo han llevado a suspender parcialmente sus servicios, pero gracias a la
generosidad de las gentes caritativas y la cooperación del Estado ha vuelto a
sobrevivir con vigor y suficiente capacidad para cumplir con su noble deber de
prodigar salud a las clases menesterosas.5
Atención Especializada
Esta situación se mantuvo vigente hasta el momento de su intervención y
clausura en 1999 – 2001 durante el gobierno de Andrés Pastrana
Arango, por considerarse inviable su financieramente.
Lo cual sumió a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional en
una tremenda falta de centros de práctica de calidad en la cual se encuentra
hasta el día de hoy, esto sumado a malas administraciones del Consejo Superior
Universitario (Organismo supremo de dicha universidad) y falta de voluntad del
gobierno Nacional Colombiano, departamental cundinamarqués y Distrital
Bogotano; ha llevado a varios paros académicos intermitentes de la dicha
facultad.
Certificado de nacimiento Instituto
Materno Infantil, con sello.
Por medio de la Ley 735 de 2002(Emitida por el Congreso Nacional), fue
declarado junto con el Instituto Materno
Infantil, como Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación, por sus
grandes aportes en las diferentes etapas de la historia de Colombia.
En agosto de 2012, el alcalde de Bogotá Gustavo Petro inició
el proyecto de reapertura del hospital, el cual consistiría en etapas para
convertirlo en hospital de cuarto nivel para las poblaciones del centro y sur
de Bogotá.1 Para
diciembre de 2012 se espera el pago parcial de la liquidación a los
ex-empleados jubilados del hospital, la recontratación de varios empleados y la
reapertura de su primera etapa que consiste en la apertura de la Unidad de
Atención primaria ubicada en la carrera 10 con calle primera.
Durante la primera etapa de reapertura del hospital se dio a conocer el
testamento del empresario y filántropo José Joaquin Vargas
Escobar quien como administrador de los antiguos territorios de
la hacienda El Salitre, certificó por medio de un testamento en 1926 dichos
predios a nombre de un conjunto de instituciones de beneficencia siendo el
hospital quien administraría la mayor parte del legado, además de aclarar que
los predios correspondientes y el hospital como tal son propiedad de Bogotá y
no de Cundinamarca que si bien tenía un rol de administrador con la Fundación
San Juan de Dios, (declarada inexistente en 2005 por un fallo del Consejo de
Estado)y la Beneficencia de Cundinamarca, no fueron designados como albaceas de
dichos terrenos.
Aportes del Hospital a la medicina y crisis actual
Este hospital era el epicentro de varias instituciones de carácter
investigativo en las diversas ramas de la medicina. En entre los más
importantes se encontraban el pabellón de patología, el primer pabellón de
cirugía plástica de Bogotá, el Instituto de Inmunológico Nacional, donde se
creó la primera vacuna contra la malaria que a su vez fue
la primera vacuna sintética del mundo, a cargo del Doctor Manuel Elkin Patarroyo y el pabellón de neonatos del Instituto Materno
Infantil en donde se creó el programa Madre Canguro en
1978
Campaña publicitaria Programa Madre
Canguro "Amor, Calor y Leche Materna"
, que contribuyó a solucionar muchos de los problemas de supervivencia
de los niños prematuros, y programa pionero y modelo en el mundo.
Foto tomada en el Instituto Materno
Infantil.
Gonzalo Arboleda, la finca denominada Molino Tres Esquinas o de la
Hortúa, con una extensión cercana a 25 fanegadas en la suma de $90.000 (oro
americano), por medio de una escritura firmada en la Notaría Gonzalo Arboleda,
la finca denominada Molino Tres Esquinas o de la Hortúa, con una extensión
cercana a 25 fanegadas en la suma de $90.000 (oro americano), por medio de una
escritura firmada en la Notaría Gonzalo Arboleda, la finca denominada Molino
Tres Esquinas o de la Hortúa, con una extensión cercana a 25 fanegadas en la
suma de $90.000 (oro americano), por medio de una escritura firmada en la
Notaría Gonzalo Arboleda, la finca denominada Molino Tres Esquinas o de la
Hortúa, con una extensión cercana a 25 fanegadas en la suma de $90.000 (oro
americano), por medio de una escritura firmada en la Notaría Gonzalo Arboleda,
la finca denominada Molino Tres Esquinas o de la Hortúa, con una extensión
cercana a 25 fanegadas en la suma de $90.000 (oro americano), por medio de una escritura
firmada en la Notaría San Juan de Dios 1930.jpeg|thumb|Hospital San Juan de
Dios 1930]]
El hospital contaba con su propia
facultad de medicina.
A partir de ese momento, la enseñanza de la enfermería estaba a cargo
inicialmente de las religiosas o Hermanas de la Presentación hasta 1971.
Se puede decir que ocasionalmente los recursos del hospital fueron
deficientes.
Lo cual sumió a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional en
una tremenda falta de centros de práctica de calidad en la cual se encuentra
hasta el día de hoy, esto sumado a ]], como Patrimonio Histórico y Cultural de
la Nación, por sus grandes aportes en las diferentes etapas de la historia de
Colombia.
En agosto de 2012, el alcalde de Bogotá Gustavo Petro inició
el pro-nivel</ref> Para diciembre de 2012 se espera el pago parcial de la
liquidación a los ex-empleados jubilados del hospital, la recontratación de
varios empleados y la reapertura de su primera etapa que conuro en 1978
Campaña publicitaria Programa Madre
Canguro "Amor, Calor y Leche Materna"
, que contribuyó a solucionar muchos de los pro
Talleres de rehabilitación, Hospital San
Juan de Dios
Cuenta con 21 edificaciones con diferentes especialidades desde la
Unidad de Urgencias, 38 Salas de Cirugía, Pabellón de Medicina Nuclear, Unidad
de Dialisís, Ortesis, Quemados e Infectados
Pabellones de Cirugía Plástica y San
Lucas para quemados e Infectados
, Rehabilitación, Unidad de Salud Mental nefrología y neurología entre
otros.
El Doctor Manuel Elkin Patarroyo
desarrolló sus investigaciones en 3 edificaciones del complejo Hospitalario.
Actualmente enfrenta un conflicto de tipo laboral y social, pues sus
instalaciones se encuentran habitadas por antiguos funcionarios a quienes desde
la crisis de 1999 no se les ha reconocido pagos ni acreencias laborales, además
de encontrarse en un proceso de liquidación dirigido por la Gobernación de
Cundinamarca, altamente cuestionado por varias entidades y organizaciones no
gubernamentales, por su carácter de monumento nacional y el tratamiento que
desde 2006 se viene aplicando a la institución y sus funcionarios.